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Cualidades de los grandes profesores
Queremos
intentar entender qué es lo que hacen los profesores para hacer su trabajo
tan bien. Leyendo en diferentes fuentes y he simplificado lo aprendido en 6 sencillos pero importantes puntos.
Capacidad para inspirar
Para llegar al nivel más alto en la docencia, el profesor tiene que ser capaz de inspirar a sus alumnos. La motivación y la curiosidad son los motores del conocimiento y hacen que los alumnos rindan más al estar motivados ya que no se sienten obligados a cumplir objetivos, sino que realmente quieren alcanzarlos.
Pasión y conocimiento de la materia
Es imprescindible que el profesor disfrute de verdad y tenga un amplio conocimiento sobre la materia que está impartiendo. De esta forma no se guiará por un libro, sino por diversidad de fuentes y experiencias acumuladas durante su vida de docente. Este punto es un requisito fundamental a la hora de poder inspirar a los alumnos.
Te enseñan a mirar desde prismas diferentes
Un buen profesor tiene que ser capaz de retarse a sí mismo y a sus alumnos para intentar ver el mundo desde distintos puntos de vista. Esto es algo extremadamente difícil de lograr, ya que estamos dominados por nuestros propios puntos de vista, contaminados por nuestros prejuicios y marcados por nuestras experiencias. Si desde niños fuésemos capaces de ver el mundo desde distintos paradigmas, nos adaptaríamos mejor a los cambios y seríamos más creativos.
Compasión y afecto
Los buenos profesores son conscientes de que en un grupo de alumnos existen personas distintas con capacidades y personalidades distintas. El profesor debe impartir la materia al grupo y a la vez mantener un contacto directo e individual con cada uno de los alumnos, especialmente los que necesitan más ayuda. Esto sube la autoestima de los alumnos y les hace sentir importantes. En algunos países como Finlandia, los profesores cuentan con asistentes en clase para poder cumplir este objetivo.
Exigentes
Si un profesor es capaz de inspirar y motivar, tendrá el camino allanado para ser exigente y demandar lo mejor de cada alumno. Esta exigencia se traduce en un mensaje claro para el alumno: soy capaz de hacer cosas complejas y me siento realizado cuando las hago.
Involucración de los padres
Los buenos profesores son conscientes de que la educación es un trabajo en equipo entre el alumno, el profesor y sus padres. Los buenos profesores tienen un canal abierto permanentemente con los padres de sus alumnos.
Finalmente nuestra labor docente es y será siempre el de formar seres humanos integrales en todos los sentidos, con valores, guiarlos en su aprendizaje, que sean críticos, reflexivos, analíticos, que sepan ser, saber ser y saber hacer y lo lograremos con el compromiso ético que implica nuestra profesión, el de dar lo mejor de nosotros mismos en cada una de nuestras clases.
El poder reinventarnos de acuerdo a las necesidades de nuestros alumnos, actualizarnos y sobre todo comprender que somos una parte medular en la educación de nuestros educandos para que el día de mañana sean hombres y mujeres de bien que sepan desarrollar todas sus capacidades al máximo dentro de la sociedad en que vivimos.
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